La casualidad hizo que terminara en el concierto que dio Julieta Venegas en Montevideo. Gracias a un intercambio de laburo pude apreciar el show sin pagar (y ese es un detalle importante en esta historia). Si bien no soy fana de JV, admito que he sabido escuchar su música y es una mina que... me cae bien. Fue por eso que lamente profundamente que el promedio de edad en el teatro plaza haya sido de 10... si señores, creo que no veía tanto niños juntos desde la última vez que fui al concierto de los parchis en el palacio peñarol.
Confieso que me sorprendió, si bien esperaba un concierto familiar, no me venia venir el show infantil. Imagino el sentimiento confuso de “juli” cuando al prenderse las luces de la platea vio a su público… la chica explicaba el sentido de sus letras a quienes con sus gritos le hacían perder el mismo.
Un gran detalle bizarro de este concierto fueron los chupetines que te regalaban a la entrada, uno veía a todo el mundo chupándolo literalmente entre grito y grito.
Que importante es el público que muchas veces le quita un poco de significado hasta al propio artista y que por mas que uno pudiera disfrutar de las canciones y de la buena puesta en escena que tenia la mina... algo me irritaba de las niñas gritando en sus asientos...
Igual acá les dejo una partecita que pude grabar aislada del público y donde se capta solo la esencia de Julieta
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